La semana del Limbo, revisited

Me remito a una entrada del Blog que escribí en diciembre de 2010, cuando mi vida todavía no era lo que es ahora, pero seguía siendo del modo en que era (y que ya no es). Ni para mejor, ni para peor, sólo cambió. Y no voy a explayarme sobre ese tema ahora, sólo les dejo el link para que se entienda por qué me gusta tanto la semana entre el 24 de diciembre y el 1° de enero.

Es como si entre la celebración de la Navidad o de Hanukkah y el comienzo del Año Nuevo flotara la buena onda entre las personas (al menos entre la mayoría) y de repente se convierten en los días de "la última oportunidad". Además, este año se le suma la locura colectiva de la predicción de los mayas sobre el fin del mundo, que impulsa a animarse a decir y hacer las cosas con una pulsión de vida que convierte en valientes a los más torpes y débiles.

Según los mayas, el 21 de diciembre de 2012 se termina el mundo. Cesarán la vida en el planeta Tierra, la era en la que vivimos y el universo tal como lo conocemos (aunque no sabemos nada de él). Al parecer, estamos a escasas horas de completar un ciclo solar de 5200 años, aunque no tengamos un registro confiable de lo que pasó en América hace tres siglos.

Bueno, la cosa es que el 24 de diciembre empieza una nueva Semana del Limbo, si es que seguimos usando el calendario gregoriano después del viernes 21/12. Y, qué se yo, a mí me gusta la idea de ponerle onda al fin de año, que además es el principio de un nuevo año porque desde la NASA ya avisaron que no se acaba el mundo nada.

¿Quién sabe? Quizás no se termina la vida en la Tierra pero sí cambia la energía que proyectamos al mundo que nos rodea.

Aflojemos

"Porque si uno no considera humano al hombre que tiene delante, se comporta con él con menos escrúpulos", P. Auster, "Trilogía de Nueva York".

The work of a lifetime

So they tell me that happiness is a choice, even when bad luck beats the odds and you have nothing to win. I find it hard to believe, but let's asume it is true and that we can choose how to achieve happiness.

Make no mistake: Happiness is meant to be achieved. You can't just buy it online like you would purchase tickets to a Paul MCartney concert. Oh no, can't buy me love. Or bliss. So, put away your credit card, you compulsive web shoppers.

It seems to me that happiness is some kind of holy grial of our times, as if we just needed to find it somewhere else, away from our everyday life. No, Arthur, for the last time, there is no need for a sword or a crusade.

Instead, we must choose to be happy.

And we must do it without maps, weapons or money, but rather from the comfort of our chouches. From picking a news channel on television that will present us with the curated version of reality, to allowing some people to get on our last nerve and get the best of us.

Let's pretend for a moment that we can stop acting like we care when we don't, or that whoever attacks us is entitled to an answer from us even if that will prolongue a pointless argument.

Life gets better as soon as we understand that happiness is a state of mind that occurs when you decide what to do with the things and the people in your life. You choose and you make plans based on those decitions.

And please do not get me started on those folks who try to look happy just to make someone else sad. It never works. It is way too fake and it eventually shows.

Also, dwelling in the past does not last forever, mainly because it is boring. Moving on... Now that's what I call fun! Plans, goals, challenges...

Do you know what happens when we have fun? Happiness.

Make up

I am not a big fan of make up sex, pal, so do not piss me off, because I will stay that way and you will stay in the couch.

La cebolla que te hace pensar

Cada vez que cocino con cebolla hago la misma reflexión: ¿en qué momento sórdido, masoquista y autodestructivo de la historia culinaria de la humanidad entró en juego un vegetal que te hace llorar cada vez que lo cortás?

Es parte de recetas de toda clase de culturas y parece que a ningún científico de esos que te inventan un kiwi fue capaz de generar una especie de cebolla que no contenga las esporas que irritan los ojos, nariz, etc.

No puedo evitar pensarlo desde el momento en que las partículas que se liberan al cortarla hacen contacto con mis ojos y empieza un tímido lagrimeo que después se convierte en un dramón contra el mármol de la cocina.

¿Por qué todavía consumimos una cebolla como alimento? El maldito vegetal se convirtió en la metáfora perfecta para otras cuestiones de la vida, como el amor, el sentido del trabajo o las abdominales.

De hecho, en el caso del amor sabemos que, a pesar del ocasional llanto o irritación con una pareja, es uno de los estados más plenos y armoniosos que puede alcanzar el ser humano. Joder, la gente hace cosas altruistas por amor.

Y es verdad que todos pasamos una etapa de la vida en que el trabajo aburre, es monótono, excesivo o pesado. Pero con un poco de suerte, y tiempo, puede empezar a gustar... cuando uno se convierte en su propio jefe e impone su visión.

Ahora, lo de los abdominales es más complejo, más que nada porque son odiosos, como el gusto de un jarabe que me daban cuando era chiquita. Pero los resultados son evidentes... No más tos y no más rollos, fin de la discusión.

Lo de la cebolla, en cambio... Eso sí que es un misterio.

La palabra justa (es lo de menos)

¿Ya conté mi experiencia del jueves pasado en el Día 1 del Pepsi Music? Fue la fecha en que tocaron Gossip (una banda que no conocía y me gustó) y Garbage. Kasabian estaba pautado para el mismo show, pero guitarrista se enfermó y cancelaron. Mejor, más de Shirley Manson para todos.

Con el tiempo le fui perdiendo el gusto a las reseñas de shows. A hacerlas y a leerlas. No me refiero a las crónicas que incluyen anécdotas, buena data y un cierto aire a backstage, a relato legendario. Es sólo que me dejaron de interesar los racontos de shows con exceso de adjetivos y un endiosamiento digno de delirio post recital que deja al cronista como un groupie encandilado que lucha por transmitir su euforia con palabras.

Oh, sí, conozco ese sentimiento.

Por eso, debo confesar que iba a titular este post "Shirley es una perra y la amamos", pero creo que no tiene mucho sentido, porque tendría que explicar en qué modo la cantante de Garbage personifica la actitud de "ustedes están para servirme" que toda buena dominatrix debe tener. Como cuando confesó que desde hace años soñaba escuchar el "olé olé olé" del público argentino.

Dicho sea de paso, adoré a la pulposa cantante de Gossip con sus alaridos, su whisky y su vestido ceñido de cuerina negra. ¿Quién sabe? Quizás la próxima vez que estén en Buenos Aires sea capaz de verlos de nuevo y pueda comparar sus shows para tener una crítica y no sólo el fervor del converso. Con Jane's Adiction me pasó eso. Y no me pregunten por U2, porque soy capaz de desarrollar una tesis sobre cómo la parafernalia de marketing humanitario de Bono mató la creatividad que solían tener.

A todo esto, un show del carajo el de Garbage, ¿eh? Por suerte no llovió esa noche porque sino hubiese sido un desastre con el temporal en la Costanera Sur. Pero no. Re lindo todo...

Experimento nutricional

El lector de este texto puede reírse (nada me complacería más) de mi descubrimiento del día, que no es otro que las galletitas de harina integral. Pero ricas. Ok, el paquete decía que traía pasas de uva y no encontré más que una, pero de todos modos me pareció un hallazgo.

Tenga en cuenta el lector que toda la vida asocié los conceptos "naturista" "light" "cartón" e "incomible" como caras de un mismo conglomerado de telgopor seco y necesitado de litros de chocolatada para pasar por el conducto digestivo.

Para colmo, un dermatólogo me explicó hace años que mi piel no resiste a la harina integral, las vitaminas B 6, 12, o B 4800, y que tampoco se banca el magnesio. Así se fueron de mi plato los boios naturistas, los yogures fortificados y el dulce de leche. Sólo extraño esto último, así que lo como igual.

Pero volviendo al tema del bocadillo integral, paso a analizar:

Nivel de Terrocidad (o cómo se siente en la lengua cuando se deshace): 90%, no llega al nivel de tostada de arroz.
Cantidad de "delicatessen" (llámese a las famosas pasas de uva): 0,5% O sea.... UNA pasa nada más. Indignante.
Ingredientes poco confiables (que uno prefiere que no estén, como las grasas transgénicas): 0%, pero es en teoría. No sabría decirlo.
Gluten/TACC: Tiene. Así como también jarabe de maíz, que calculo que es como si tuviese azúcar. Al menos no tiene sal. Pero a mí me encanta la sal...

El todo por 179 calorías cada 50 gramos. Exacto, señoras y señores, poco tiene de sano si tiene gluten y encima engorda. Y ni siquiera tiene sal. Ni pasas de uva. ¿Ven por qué prefiero a las honestas, adictivas y nocivas papas fritas?

Una ola inminente

Estoy temblando. No de frío ni por sueño o falta de comida, sino de nervios. Tiemblo por la ansiedad que provoca ver cómo se levanta la ola sobre la rompiente. Dicho sin tanta pompa, estoy inquieta porque veo que se arma frente el final inminente de una historia, que podría ser una salvajada de palabras, un ataque verbal o nada más la irrupción de un mensaje escueto, compacto y sincero.

A veces los comentarios más ligeros y casuales se convierten en esa astilla diminuta que te jode el dedo, te lo hincha y provoca dolor. Qué se yo, pasa. La otra persona cree que está llenando el vacío con su voz sólo para matar el tiempo y el silencio, y en vez le sale decir lo que realmente piensa. Y uno se queda pensando en eso como si fuera una verdad metafísica en vez de un comentario al pasar.

La cosa es que toda esta situación me tiene ansiosa. Cuando uno ve que la ola le va a romper en la cabeza hay una milésima de segundo en que piensa en zambullirse y esquivarla, y otra en la que imagina cuánto le irá a doler el golpe del agua en la cabeza. Bueno, por lo menos a mí me pasa así (de más está decir que en el mar parezco una morsa bruta más que un ágil delfín).

¿Se acuerdan de "La historia del periodista y su bella dama"? Parece que se pudrió todo. Hace casi un mes empezaron los mensajes cifrados en una sección de la revista Paparazzi donde se hablaba de un periodista que buscaba recuperar el beneplácito de una "preciosa chica". Con el correr de las semanas se supo que hubo una pelea, que él está arrepentido y que considera que es tiempo de hacer las paces.

No hay "tontos"en esta Tierra, salvo los que evitan sentir algo
Pero parece que la señorita en cuestión necesita su tiempo y espacio para volver a sonreír al periodista. Y también parece que él no es un dechado de paciencia y encantos. Al menos esa es mi conjetura porque, para ser honesta, me encariñé con este culebrón de redacción tan servido en las páginas de la revista que llega todos los viernes al trabajo.

Como si fuera la recta final de una novela de la tarde en pleno enero, yo sigo las publicaciones de la revista sobre el periodista y su bella dama. Claro que en la última entrega el mensaje es más escueto y yo di por sentado que se trata de los mismos personajes de siempre. Si no son ellos, ¿sobre quién estallará la ola?


Una amiga, una pelea y un mensaje desesperado

Atención, seguidores y entusiastas de "La historia de amor del periodista y su bella dama", ¡el misterio empieza a develarse! Por tercera semana consecutiva salió en la revista Paparazzi un mensaje cifrado de un periodista que le pide perdón y clemencia a una mujer, quien, según podemos inferir, tuvo una buena razón para enojarse con él.

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¿Se llega a leer? Parece, señores, que no estamos ante una carta de amor desesperada sino del sentido pedido de disculpas de parte de un hombre a quien parece ser una mujer "linda", "preciosa", etc., como la llamó él en sus primeros mensajes. Esta suerte de novela por micro entregas que la revista chimentera nos viene regalando desde hace al menos tres semanas.

Todo comenzó con un tímido Periodista (así se identificó) que parecía cortejar a una "chica preciosa", pero parece que ahora cambiaron las cosas. ¿Será el mismo hombre, o sacaron turno en la redacción de la publicación para dedicarles mensajes cifrados a la platea femenina? Quién sabe, quizás resulte un ejercicio efectivo a la hora de mejorar la convivencia laboral (?)

La burbuja que explota

Era una noche de viernes cualquiera en la ciudad de Buenos Aires, de esas ideales para salir a comer y volver caminando despacio. La calle elegido fue Soler, en Palermo, y la conversación venía a colación de temas coyunturales como el precio del dólar, las inversiones que pueden realizar los trabajadores de clase media y el mercado -y la burbuja- inmobiliaria existente.

Se nos iban las cuadras debatiendo sobre si el mercado inmobiliario se verá afectado a mediano plazo o se acomodará a las circunstancias y se pesificará. De pronto escuchamos el sonido sordo de un golpe y otro más, pero agudo, que correspondía a los vidrios de un auto cayendo sobre la vereda de enfrente.

Recién entonces reparamos en que la moto que se había subido a la acera no era de un delivery de comida, sino de alguien que esperaba a un tipo que estaba estirando su brazo hacia el interior del auto que acababa de perder un vidrio de su ventana. Nosotros apuramos el paso, reacios a quedarnos a ver y aprender una nueva ocupación.

Jamás sabremos si el muchacho que paseaba a su caniche en la esquina siguiente vio lo mismo que nosotros, pero una cosa nos quedó en claro: hacemos futurología cuando se trata de la burbuja inmobiliaria, pero hay otras burbujas que se rompieron hace rato.

No me voy a hacer la sorprendida después de haber visto a dos tipos robando el estereo de un auto en Palermo, sobre todo porque no es la primera vez que escucho que la alarma de un vehículo dispara en medio de la noche.

Lo que me hizo gracia fue el contraste entre el tema intangible que veníamos discutiendo (o intentando razonar) y lo real de la escena que transcurrió en la vereda de enfrente. Literal y figurativamente.


La historia de amor del periodista y su bella dama

Muero de la intriga. ¿Por qué negarlo? Es la segunda semana consecutiva en la que aparece un mensaje de amor enigmático en la revista Paparazzi, que llega todos los viernes a la redacción del diario en el que trabajo. Los textos no revelan prenda alguna sobre el asunto, como corresponde a la sección chimentera "Dicho al oído", y es muy similar en ambos casos.

El primer mensaje del Periodista (lo escribo con mayúscula a modo de nombre propio) apareció en el número del 21 de septiembre. Como si fuese a renacer el amor con la llegada de la primavera, parece que el colega en cuestión se animó a mandarle "un saludito" a una misteriosa mujer con la que, según parece, tuvo un acercamiento en el pasado.

Pero las sonrisas, y las citas, se discontinuaron entre el colega querendón y su "chica preciosa". Sin embargo, nuestro héroe del amor literario parece estar influido por Gabriel García Márquez e inició lo que parecería ser una serie de cartas "ablandadoras" al mejor estilo Florentino Ariza en "El amor en los tiempos de cólera". Lo banco.

El viernes pasado, 28 de septiembre, en la misma sección de la revista apareció un mensaje muy similar al de la semana anterior. El texto, de cuatro líneas en vez de cinco como la primera vez, mencionaba a nuestro Periodista y a una "linda mujer" que estuvo un poco "dura" esta semana. 

Si el mensaje trata sobre la misma mujer, misteriosa y cautivadora para nuestro estimado cagatintas enamoradizo, se ve que le ocupa menos líneas esta semana, y que "bajó" de categoría y pasó de ser "preciosa" a ser "linda".

Existen dos opciones, creo yo: la primera es que el Periodista en cuestión haya decidido ser más sutil y menos arrojado en su segundo intento por captar la atención de quien podría ser una lectora o una compañera de redacción (¿se dan cuenta de que no puedo parar de elucubrar?).

La segunda opción es que se trate de un típico caso de macho enamoradizo y disperso, con poca paciencia para conquistar -o reconquistar, como en este caso-, lo que es un punto en contra: la paciencia es la clave para ganar la guerra del corazón.

Sino me creen, basta con mirar a Florentino Ariza, que se gastó toda la tinta de Colombia con tal de recuperar a su Fermina Daza. Por eso le quiero decir al Periodista enamorado que asedia a la o el encargado de "Dicho al oído" para que le dé una mano para reconquistar a su chica: volvé a las cinco líneas y al "preciosa".


PD: En caso de tratarse de alguna pareja famosa recientemente separada y con un Periodista como protagonista.... Tiren nombres, ¿quiénes pueden ser? ¿¿Monchi balestra y Julieta Camaño??

Pájaros volando

Just because you came across a huge colony of penguins it doesn't mean that all birds can't fly.

It means there's a whole bunch of birds that can't fly. So forget them and watch out for the ones that can.

Tengo telarañas en la cabeza

La palabra "red" es genial por lo versátil. En primer término es un "aparejo hecho con hilos, cuerdas o alambres trabados en forma de mallas, y convenientemente dispuesto para pescar, cazar, cercar o sujetar", según la define la Real Academia Española, pero también es "un conjunto de elemento organizados para un determinado fin".

En el caso de mi presencia en las diversas redes sociales que flotan en la ventolina cibernética, es más como una telaraña o como las redes de un barco pesquero que me atrapan y me enredan que el aceitado mecanismo por el que el mensaje que vuelco en una comunidad online va a repetirse hasta el infinito, o hasta que estén actualizados todos los perfiles que tengo en las otras.

Hasta el momento tengo perfiles en Blogger, YouTube, Tumblr, Pinterest, About.me, Twitter, Instagram, creo que en Scrib, en LinkedIn y en Facebook, donde solía tener uno como Mafalda Chan, pero lo di de baja. También hice uno en Hi5, pero por suerte nunca lo usé, y tuve la lucidez de moderarme y evité registrarme en Flickr.

Confieso que mi entrada a la web social fue vía Fotolog en 2005, o antes. Mi punto, ahora, es simplemente lanzar la siguiente pregunta: ¿quién tiene ganas de hacerme de Comunity Manager? Porque, la verdad, vuelvo a leer la lista de redes sociales en las que estoy registrada y me doy cuenta de que son demasiadas para que pueda mantener una imagen uniforme en el ciberespacio.

Reconozco que uno no es de la misma manera en cada ámbito de la vida. Basta con ver a todos los "tigres" de la oficina que se convierten en gacelas en sus hogares. O al revés. Por eso no debería extrañar a nadie que nos expresemos de manera distinta según en qué red social estamos pululando.

El ingenioso va a Twitter; el creativo a Pinterest; al jocoso se lo ve en Tumblr, al verborrágico se lo soporta lee en Blogger o Wordpress (hum... ¿no tendré un Wordpress también?) y así por toda la eternidad, con el tierno y espontáneo en Instragram y el chismoso o nostálgico en Facebook y el amante de la fotografía en Flickr.

Incluso creo que algunas de las redes sociales repiten sus "funciones" o la utilización práctica que tienen son muy parecidas. Con el correr de los años unas fueron "tomando prestadas" las características de las otras y ahora podemos hablar de varios "Time Lines" y grupos en diferentes sitios.

Para los interesados en pasar currículum o darse a conocer laboralmente ya no basta con un LinkedIn o About.me, también vale adentrarse en las otras redes. Y siempre están los antisociales que buscan a las más fallidas con tal de no cruzarse con nadie del mundo físico, ni del otro (¡hola, usuarios de Badoo!).

Es una suerte que Google haya comprado la mayoría de las redes sociales en las que estoy registrada, porque sino encima de intentar hacer mi imagen online uniforme tendría que recordar aún más contraseñas y nombres de usuarios.


Update: estoy pensando en dónde más voy a publicar esta entrada. ¡Maldita la hora en la que di de baja mi perfil en Networked Blogs!

Update II: Goodreads!! Tengo Goodreads! Sí, cuando termino de leer un libro subo una breve reseña a ese sitio. Y lo mejor es que entro con facebook. Lo peor es que entro con Facebook.

Update III: Google +. Sí, G+ sigue vivo, no sólo en nuestros corazones sino también agazapado en una esquina de nuestras bandejas de entrada de Gmail.

Ecos

Quedarse en la cama


BedBed by David Whitehouse
My rating: 3 of 5 stars

"Bed" is not a lazy novel. Author David Whitehouse, a journalist like myself, manages to invent an entire universe around a morbidly obese middle aged man called Malcolm, who keeps time still by not changing a single thing in his life.

What is different about Whitehouse's novel is that it draws attention to what goes on behind the story of a morbidly obese man. I mean, sure you can read about "mountain - people" in the bizarre segment of a sunday tabloid, right? But this book is about his familiy and friends.

[Spoiler alert]

"Bed" is not a novel about a morbidly obese man. It shows how a family and a community are affected by the decition of one of its members to never get out of bed ever again for as long as he lives.


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El mar de coral


The Coral SeaThe Coral Sea by Patti Smith
My rating: 3 of 5 stars

I read "Just Kids", now I need more Patti.

Update: I finished reading "The coral sea" a few days ago. I read it in spanish. I was beautiful and poetic, but hardly a story.
It's not like I expected it to be one, but it surprised me for the best how each chapter was a beautiful piece of art in itself.
You could read them separately and you would still get the most inspired and inspiring images.
I reacomend it as a poetry book, not a follow up to "We were kids" (Pattis Smith's previously released book on her relationship with late photographer Robert Mapplethorpe).


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Para admirar su belleza

Interior - Noche - Cabina de un taxi que recorría la Avenida Cabildo, antes del túnel.

A ciertas horas de la madrugada es inútil tratar de elegir un taxi en la ciudad de Buenos Aires: escasean tanto que hay que subirse prácticamente al primero que aparezca. Por eso terminé en el asiento trasero de ese auto negro y amarillo que me llevó a velocidad pareja y constante por la avenida Cabildo, desde la estación Olleros hasta después del túnel en el que muere la vía.

El taxista parecía de buen humor, o al menos nada indicaba que no lo estuviese. No fruncía el ceño, no era parco ni seco en sus respuestas, ni siquiera se molestó en subir la radio de su auto para evitar una conversación casual. Saltamos de una tira a otra en las redes de avenidas de la ciudad y a la altura de la vieja cárcel de mujeres, en Palermo, rompió el silencio.

"Yo me la llevaría a mi casa...", expresó con una sonrisa afable y una voz poco invasiva. El hombre se refería la estatua de una mujer que habíamos visto algunos metros atrás en nuestro recorrido. "Merecería un aplauso, medalla y beso", insistió, "porque yo me las llevaría para admirar su belleza". El taxista se mostró dolido al ver las obras de arte dañadas en la vía pública.

Al parecer, el hombre consideraba que los jóvenes "de hoy en día" eran vándalos sin corazón ni sensibilidad artística, incapaces de respetar las delicadas líneas del cuerpo de una mujer, así fuesen de mármol de Carrara, granito, bronce, o incluso de carne y hueso.

Santa Fe, al alba

Avenida Santa Fe, madrugada del 04/05/2011


- No sabía a quién más llamar -reconoció ella. En cuclillas, con la piel blanca asomando por la media rota y todavía agarrándose las piernas con fuerza.
-Está bien, hiciste bien. ¿Tenés frío?-, le contestó. Puso su saco alrededor de los hombros-

"Santiago"

-¿Puede evocar con más precisión a Santucho?

-Mario Roberto Santucho era el principal dirigente de la organización a la que yo pertenecía; era el secretario general del Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo.
Era un compañero que había hecho sus primeras experiencias políticas cuando fue estudiantes de Ciencias Económicas en Tucumán. Estaba muy influido por una posición muy nacionalista en sus principios y desarrolló en el Noroeste argentino, en la provincia de Santiago del Estero, una organización que se llamaba FRIP, Frente Revolucionario Indoamericano Popular. Lo hizo junto a algunos de sus hermanos. Después, cuando terminó de estudiar Ciencias Económicas, realizó un viaje por Estados Unidos primero y después fue a Cuba, donde conoció la revolución en los primeros años de su proceso, cuando hacía poco que había triunfado.

-¿Qué impresión le produjo Cuba a Santucho?

Ese contacto con la revolución cubana le provocó a Santucho un fuerte impacto en lo político, lo ideológico, y en lo personal y humano. Prácticamente fue después de su viaje a Cuba cuando él tomó una definición tajante en favor del socialismo.

-¿Qué hizo Santucho entonces?

Perteneciendo todavía al Frente Revolucionario Indoamericano Popular , se unió con otra organización llamada Palabra Obrera -que había sido creada por el "Vasco" Bengochea- y formaron lo que después se llamó Partido Revolucionario de los trabajadores en 1964. Santucho fue fundador del PRT y si bien no era el secretario general en aquel momento, sí era el compañero más respetado por el conjunto de la organización.

-¿Cómo era Santucho personalmente?

Santucho era un compañero de una dedicación absoluta a la Revolución. Tenía una voluntad de lucha tremenda. Era de una capacidad muy grande y de una decisión casi única, diría yo. Casi única. No hay una gran cantidad de gente que tenga un grado de decisión y entrega como tenía Robi. Yo tuve la oportunidad de conocerlo bastante bien porque formaba parte de la conducción del PRT y el ERP con él. Convivimos durante mucho tiempo.

-¿Cuándo lo había conocido?

Lo conocí personalmente cuando yo estaba todavía en Rosario. El compañero a través del cual nos conocimos fue Precisamente Luis Pujals, del que hablé antes. A partir de allí establecimos una relación, aparte de lo político y lo ideológico, muy unida en lo personal, muy fraternal. Caímos detenidos juntos, nos fugamos de la cárcel juntos, fuimos a Cuba juntos, volvimos a entrar clandestinamente al país juntos y participamos de toda lucha hasta que cayó.
Durante todo ese tiempo, él fue el dirigente más destacado de la organización nuestra, y pienso yo que uno de los más destacados del movimiento revolucionario argentino. Me parece que la figura de él iba más allá de lo que era el PRT - ERP.

-¿Cuándo fue la última vez que lo vio?

La última vez que lo vi fue el día antes de que fuera asesinado en Buenos Aires. El día en que lo asesinaron yo lo tenía que volver a ver. Yo estaba esperando en una casa a tres cuadras de la de él, porque íbamos a hacer una reunión que después no se hizo. Debo haber estado allí como hasta las 11 de la mañana. A esa hora vino el "Gringo" Menna a avisarme que la reunión esa se iba a suspender. Me fui al centro de Buenos Aires a un lugar donde funcionaba el Estado Mayor, del cual yo era entonces jefe. Cuando volví de ese local me enteré de lo que había ocurrido. La noticia fue sin confirmar primero; era el 19 de julio de 1976; recién lo confirmamos al día siguiente. Hicimos una averiguación con los vecinos del lugar para saber cómo se había dado esa situación.

-¿Qué sintió ante la muerte de Santucho?

Lo que yo sentí, no sé si será objetivo lo que digo porque quizás sea una sensación mía, pero lo que yo sentí es que había una expresión de tristeza en muchas personas. Yo veía eso en la gente en los trenes y en los colectivos. A lo mejor era una cosa que a mí me parecía, pero no sé, yo vi eso. Incluso lo comenté con otros compañeros que me decían lo mismo. Lo que no sé es si eso era producto del dolor que nos había causado a nosotros y creíamos que todo el mundo estaba igual, o si en realidad era así. A mí me pareció que era así. Por lo menos en el barrio donde yo vivía, que era un barrio de trabajadores, en los trenes, en los colectivos yo veía eso.
Para nosotros era una pérdida irreparable. Bueno, hay cosas que no se pueden reemplazar. El Che Guevara murió y puede haber otros compañeros revolucionarios que traten de imitarlo, pero el Che Guevara no va a estar más. Y difícilmente haya otro como él. En este caso es igual. También puedo decir lo mismo del capitán "Santiago". Un revolucionario no se hace de la noche a la mañana.
Ahí también uno aprende a valorar la seguridad de algunos compañeros, como en este caso del Robi. El se tenía que ir del país, en prevención de una situación como la que se dio, porque había una gran presión del enemigo en ese momento y nosotros no teníamos la suficiente capacidad para estar completamente seguros de que no iba a pasar nada. Habíamos tomado la decisión política de que él saliera del país por un tiempo hasta que se preparara una forma de que pudiera regresar con un grado de seguridad mayor. Lógicamente esta salida estaba también vinculada con el cumplimiento de una serie de actividades políticas afuera del país. Era una contradicción permanente: por un lado había que preocuparse por la seguridad de compañeros como Robi, pero por otro no podíamos dejarlo encerrado e inactivo. Fundamentalmente porque no hubiera aceptado. El revolucionario es esencialmente un hombre práctico y activo, y el que no es así no es un revolucionario cabal. Lo que hay que buscar siempre es un buen equilibrio entre la seguridad y la acción, pero no es sencillo.

*********

Del libro "Conversaciones con Gorriarán Merlo", escrito por el periodista uruguayo Samuel Blixen. Fue publicado en 1988.

Abril Rojo


Abril rojoAbril rojo by Santiago Roncagliolo
My rating: 3 of 5 stars

Esta novela es para leerla una vez como policial y otra como relato anclado en factores históricos, sociales y culturales del Perú en el año 2000. El relato se desarrolla a lo largo de abril de ese año en la localidad de Ayacucho, ubicada justo entre la Cuzco inca y la Lima española o blanca. El protagonista es un fiscal muy circunspecto que aprende a lidiar con las brasas todavía calientes del movimiento guerrillero Sendero Luminoso.

En "Abril Rojo", Santiago Rocangliolo despliega su capacidad para intercalar el factor sorpresa de las novelas de misterio con pasajes históricos, las tradiciones centenarias que aún se mantienen en Perú, los persistentes rencores sociales, la burocracia militar, la violencia de la historia reciente y el cambio abrupto que supuso la apertura de la ciudad al turismo internacional, un fenómeno reciente en esa localidad.

Y en el medio de todo eso, aparece una suerte de Frankenstein formado por los cadáveres de cuatro muertos. O más. Cada una de esas víctimas representan a un estrato o sector de la sociedad. Lo más notable de esta novela son las reflexiones del autor sobre las cicatricas -o heridas abiertas- que dejaron en el pueblo años de violencia.


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Radiotaxi Sade

Hablemos de cosas raras, ¿sí? Yo tengo una anécdota y es de hace una hora. Volvía en un taxi a mi casa y noté con beneplácito que el auto en el que viajaba era cálido y olía normal, no como los que circulan por el micro centro en horas pico y que juntan el hedor de toda una mañana girando por las calles más concurridas y junta baches de Buenos Aires.

Pero además noté el aspecto del chofer, un hombre que tendría unos 40 años y una piel tersa, de aspecto uniforme y sin rastros de barba ni de arrugas. En su ficha técnica decía que se llamaba Sergio, pero su apellido estaba tapado por las tiras de un cartel que anunciaba el número de su móvil y el de la empresa de radiotaxi para la que trabaja. “¿Ya se terminó la joda?”, me preguntó cuando subí.

Lo primero que una mujer pensaría es que el taxista necesita un GPS, pero para ubicarse en el contexto, no en la ciudad. Sin embargo, no había rastro alguno de chabacanería en su voz. Sólo un tono cordial, como próximo. Suave, si se quiere. No resultaba ofensivo y no insistió con su intento de conversar sino hasta que pasó manejando al lado del afiche de un programa de televisión.

“¿Quién es esa?”, me preguntó con voz quedada y curiosidad algo quieta. “Una modelo que ahora tiene un programa de entrevistas”, contesté. “Ah, como no veo mucha tele no sé”, retrucó. Y ahí me cayó la ficha (no la del taxímetro, esa había avanzado raudamente desde el comienzo del viaje): era el mismo chamuyo del hombre joven y viejo a la vez, ajeno al mundo de las frivolidades.

De fondo en su taxi se escuchaba un tema de Sade, “Smooth operator”, quizás el único de esa banda que todavía pasan en los programas de música “retro”. Pero la radio que tenía sintonizada emitía sólo temas de los ochentas, pop meloso, denso y sugestivo como el de Tina Turner en “Private Dancer”. Ahora que lo pienso, puede haber sido un compilado de temas de una sola estación grabado en un cassette.

Sergio, el chaufer (con ese aspecto pulcro y cara de niño entrado en años, y con un amor intacto por las baladas ochentosas, le queda bien el término en francés), tomó la ruta que le pedí y dobló por las esquinas que le indiqué. Le pagué el viaje en la puerta de mi casa y cuando me dio el vuelto logré mirarlo a la cara. Antes de bajarme sentí un déjà vu, como si no fuera la primera vez que me tocaba estar en taxi del “Smooth operator”.
Just KidsJust Kids by Patti Smith


My rating: 4 of 5 stars


Remember "A moveable fesat", by Ernst Hemingway? Ok, Patti Smith wrote "Just kids", which is a late 20th century version of it. The book is about her early years in New York city and the relationship she shared with photographer Robert Mapplethorpe.

Through her story, Smith paints a picture not only of her unapologetic yet sensitive self but also of her long time friend and soul mate, a man who's determination to become an artist took him to dark places, at times created by himself.

Hemingway's "A moveable feast" is about the people he met in Paris in the time between the two world wars: poets, novelists, artists, musician and art marchands all merged into a neverending parade of "regular folks who were in fact somebody".

Smith's book is quite on the other end of the line: she knows she met the right people and seems to treasure the fact that the most important one of them was a young man she met by chance and who one saved her from a bad date.

"Just kids" is a moving story, one that diserves to be turned into a film. Not only because Smith and Mapplethorpe were transformed into two formidable characters, but because it captures the escence of New York city in the 60's and 70's.




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DelirioDelirio by Laura Restrepo


My rating: 3 of 5 stars


%98 atrapante
%2 final abrupto

Entiendo porqué "Delirio", de la colombiana Laura Restrepo, atrapó a los integrantes del jurado del Premio Alfaguara 2004, según contó en el prólogo del libro el escritor José Saramago, presidente de ese jurado que le otorgó el galardón ese año.

La novela es una suerte de trenza narrativa. Es decir que Restrepo intercala tres relatos ocurridos en tres generaciones de una misma familia y en tres momentos diferentes de la historia de Colombia.

Así se mezclan la locura irasible del abuelo alemán en Sasaima, la soledad y traición de dos hermanas acomodadas en la alta sociedad de Bogotá y el resultado de ambos, una joven inestable y neurótica enfrascada en sus recuerdos.

En el triple relato familiar se filtran el ascenso y auge del rey del narcotráfico, Pablo Escobar, y cómo tendió sus redes para atrapar a la clase dirigente de Colombia. Y en medio de todo está el relato de un hombre de a pie, enamorado de una mujer loca y sin idea de lo que ocurre.

La única dificultad para leer "Delirio" es que la autora no le avisa al lector cuando se dispone a saltar de un mechón a otro en su trenza de historias. Sí usa el punto y aparte, pero por lo demás, ni siquiera emplea comillas o guiones que indiquen diálogo o cambio de voz narrativa.




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Curioso, ¿o no?

Acabo de terminar de leer uno de los ya clásicos conteos de la revista Forbes. Sí, de esos que numeran "Los 100 hombres más ricos del mundo", "Las 50 mujeres más atractivas" y "Los 25 cajones de frutas más caros y cosmopolitas".

No sé cuál es la fascinación de los editores por agrupar lo mejor o lo peor de cosas, personas, nombres o lugares (y siempre en un número "redondo"). Pero llama la atención del lector: todos queremos saber, al menos por una décima de segundo, quién es el número uno.

En esta oportunidad encontré el Top Ten de las Top Models que más ganaron entre mayo de 2011 y el mismo mes, pero de 2012. Tranquilos, los libero de la angustia de no saber quién encabezó el conteo: fue la brasileña Gisele Bündchen con sus 45 millones de dólares.
Oh, Gisele, eres una chica con suerte


¿Ya odiamos todas y todos a la bella Gisele, quien además de medir 1,80 y de haberse comido a Leonardo Di Caprio cuando era flaco e hizo una fortuna en 12 meses? Yo no la envidio. Tanto. Un poco sí, pero no por todo lo antes nombrado. Después les explico.

La cosa es que en todo el Top Ten de las Top (hola, cacofonía) no había ni una sola modelo de ascendencia africana, de rasgos asiáticos o árabes, ni hablar de que alguna exhibiera con orgullo ese doradito natural tan lindo que tenemos las latinas (bueno, las que no son Gasparín, como yo).

En los últimos 12 meses las modelos que más facturaron en todo el mundo, es decir, las más requeridas y las que lograron fija más alto el precio de su cara, cuerpo o nombre, fueron todas blancas con rasgos europeos.

Hubo en total tres brasileñas: Bündchen, de ascendencia alemana, la bonita pero pálida de Alessandra Ambrosio y Adriana Lima, una morocha de esas que se catalogan como "infartante" en las revistas "para hombres" y que podría ser la única "doradita" que logró ponerle algo de color a este top ten de blancuchas.

Después figuran la inglesa Kate Moss, la australiana Miranda Kerr, las holandesas Lara Stone y Doutzen Kroes, la estadounidense Carolyn Murphy, la sudafricana Candice Swanepoel (que es la más curvilínea de todas) y la rusa Natalia Vodianova.

Claro que existen mujeres de rasgos variados en todas partes del mundo pero, oh, casualidad, el mundo de la moda colmó de ganancias y buenos contratos más que nada a las de rasgos europeos y obvió, por ejemplo, a chicas con atributos de belleza indiscutible que podrían haber enriquecido sus portadas, gráficas y publicidades.

Una pena. Ellos se lo pierden.

Morir como un perro

"Es todo lo que podemos hacer por él. Está demasiado avanzado", lanzó. Me resultó una suerte de sentencia de muerte. Busqué la salida más razonable. "Usted es el tercer especialista que vemos, ¿no hay nada más que se pueda hacer?", imploré. "Nada. Es una metástasis, ¿qué más se le puede pedir después de todo lo que pasó?", convino.

Se deshizo en perdones y disculpas, en miles de "si lo hubiesen traído antes", pero nada. Lo miré unos segundos para tratar de descifrar esperanza donde no la había. "Déjelo ir, entonces. ¿Qué más le podemos pedir?", exploté. Llena de clemencia, de tristeza, mi voz retumbó en las paredes del pasillo recubiertas de azulejos. 

Trece años, dos mudanzas, cuatro novios, un marido y cinco jefes de por medio, él había sido el único que me acompañó fielmente todo el tiempo. Y no había nada que yo pudiera hacer para mitigar su dolor de cabeza, su mareo, su falta de apetito, las ganas de hacer pis que no podía controlar...

"¿Habrá algún suero, remedio, algo que pueda aplacar el dolor? Para que no sienta nada...", empecé. "Como haber, es bastante poco...", convino él. "Pero... se va a morir como...", seguí. "Sí", me interrumpió, visiblemente desconcertado por mi sensiblería. "Se va a morir como lo que es: un perro", remató.

No lo pude soportar. No podía admitir que fuera ese su final, porque un ser tan lleno de compasión sólo puede despertar el mismo sentimiento. "¿Y dormirlo?", tiré, sin siquiera escuchar lo que estaba pidiendo para mi compañero fiel de años, de sesiones de ejercicio y de algún que otro viaje.

"Es una opción, si es lo que querés, lo podés charlar con Analía, en la mesa de entrada", contestó el veterinario. "Bueno", respondí, extrañamente aliviada. Le miré los ojitos marrones por última vez. No tenía raza, pero era un lord inglés, uno con bigotes y cejas pobladas de pelo marrón.

Alfio no estaba triste. Estaba sintiendo dolor y quería descansar. Me lo dijo con la mirada. Y accedí. Porque no iba a dejar que muriera como un perro. Yo soy un ser humano, así que le diuna muerte humanitaria.

Y después, mucho tiempo después, me percaté de lo bueno que es vivir en un país donde existe la muerte digna, para que ningún ser humano tenga que ser un Alfio que tenga que morir como un perro aunque no lo merezca.

Besitos en el Reply All

A ver si alguna alma bondadosa me ayuda en este misterio de la vida moderna, que para mí es como un enredo constante en el intangible mundo de la comunicación online: el uso y abuso del botón de "responder a todos" en las cadenas de mail.

Ya de por sí es fácil caer en la tentación de mandar un anuncio colectivo apretujando en el campo de "para" las direcciones de mail, aún sin reparar en la existencia de la copia oculta o del "con copia". Pero la situación más desesperante ocurre del otro lado del canal de comunicación, cuando el remitente se pasa toda la tarde con alertas de mensajes nuevos que no son otra cosa que las respuestas de todos los aludidos.

Ok, ya sé que estoy siendo drástica. O sea, me doy cuenta de que estoy hablando nada más que de unos 50 mails mandados por los amigos de mi cuñado para confirmar su asistencia a su fiesta de cumpleaños (no es nada personal, Paul, de veras). Pero es el hecho, señores, de tener que mirar medio centenar de veces el celular o la PC para ver mensajes que no son para mí.

Claro que soy una amarga, mala onda y corta mambos, pero vamos, pareciera que algunas personas todavía no saben usar un mail, que fue una de las primeras herramientas de Internet sobre la que el usuario promedio tuvo control. Usar el "reply all" es como hacer de cuenta que estamos todos sentados en un café, charlando sobre lo que vamos a hacer el próximo sábado.

No critico, por ejemplo, los vaivenes de las redes sociales donde se espera la participación de varios usuarios en las actividades que uno decide hacer públicas. Que todos sepamos todo es el alma misma de la web 2.0. [Inserte aquí un botón de "Me la banco" si pongo "Me gusta" en un evento y después me llegan 80 notificaciones al respecto].

Sí tengo un problema con recibir las respuestas que cada persona emite, que están dirigidas al que inició la cadena y que pueden tener el estilo sobrio de "Ahí estaré" o "Yo voy", o ser estridentes a la manera de "Ay! Qué Emotion!!", "Los quieeeeeeroooo" y "DALE, QUÉ TE LLEVO".

No protesto, por ejemplo, cuando se apilan hasta 120 mails en una cadena para coordinar un asado. Me impresiona la locuacidad, sí, pero no recibo las respuestas de completos extraños sino de mis amigas, igual de interesadas que yo en armar un lindo programa (¡qué plato, usé una palabra de vieja!).

En fin... No me voy a sentir mal por no querer leer 80 mails de perfectos desconocidos con buena onda. La vida no me cambia por saber que Fulanito o Menganito van a ir, aunque parece que a ellos les resulta imperativo compartir su decisión afirmativa.

Por ahora, mientras armo la lista de los que sí van y los que ya contestaron que no, voy a llamar a mi cuñado Paul para ofrecerle de comprar algún Campari o Ron con Coca Cola para festejar su cumpleaños. Y nadie se va a enterar de lo que arreglemos, porque no los pienso poner en teleconferencia a todos ustedes.

¡Besos en el "reply all"!

Xoxo

Fuimos cobardes. Fuimos altaneros. Fuimos egoístas. Fuimos inexpertos. Fuimos hasta el fondo. Fuimos violentos. Fuimos soberbios. Fuimos inmaduros. Fuimos orgullosos. Fuimos malditos. Fuimos uno. Fuimos nada. Fuimos más de lo mismo. Fuimos hirientes. Fuimos soldados. Fuimos amigos. Fuimos mezquinos. Fuimos poéticos. Fuimos baratos. Fuimos compañeros. Fuimos.

Y ahora, ¿quiénes somos?

Juana, la adicta

El rock parece un lugar más seguro, estable y calculador por estos días. La desfachatez, impulsividad y espontaneidad están en baja desde que los rockstars descubrieron la fórmula del éxito... y decidieron aplicarla.

No es lo mismo que Roger Waters presente su espectáculo "The Wall" 9 veces al hilo en el estadio de River y reviva así la magia de lo más profundo, crítico y teatral que produjo Pink Floyd a que venga una banda como Jane's Addiction y repita su show del año pasado, pero esta vez en El Teatro de Colegiales en vez de en el coqueto Auditorio de Puerto Madero.

Jane's Addiction nació en California, dentro de la cabeza de Perry Farrell, el mismo que después tuvo la brillante idea de impulsar el festival Loollapalooza. La banda se convirtió en una suerte de icono del rock alternativo durante los noventas, pero además colapsó y se regeneró tantas veces que es inútil tratar de hacer un resumen de las idas y venidas.

En marzo de 2011 se despacharon con un show gratuito al aire libre en Puerto Madero, que no era otra cosa que un evento exclusivo para los clientes de Movistar. El concierto fue sólido, divertido, con un enérgico Farrell que hizo toda clase de intentos para inspirar una orgía musical y lisérgica mientras su propia mujer hacía bailes fetichistas sobre el escenario (nada como trabajar en familia, ¿no?).

Pero Farrell y compañía volvieron el 10 de abril de este año y se presentaron por primera vez para el público "general", con el que lograron llenar El Teatro (ahora sede de Vorterix). El show duró una hora y 25 minutos, durante los que repasaron temas clásicos, como "Jane says", "Been caught stealing" y "Just because", más algunos que son del disco que lanzaron en octubre de 2011, llamado "The great escape artist".



Salvo por las canciones recién editadas, todo lo demás del show fue idéntico al anterior: las luces, los bailes de las chicas a go - gó y hasta la vestimenta de Farrell (no hablaré de la de Navarro porque ese hombre no conoce lo que es una remera... jeje).

Para ser justa, las imágenes de las pantallas no eran las mismas (nota mental: chequear más sobre el "sadobaby") y la gráfica sí cambió un poco. Además, mantener una línea artística en el aspecto visual contribuye a formar la identidad de la banda, algo que favorece a los siempre díscolos integrantes de J.A.

Para la reseña del segundo show de Jane's Addiction pueden hacer click acá. Sí, es autobombo. So what?

Rata de dos patas

"Las mujeres no podemos sentir placer en la cama si sentimos desprecio por la persona con la que nos acostamos. Es mentira que podamos separar el sexo del cariño. O sea, siempre que por 'cariño' entiendas que hablo de deseo, de una valoración positiva de la otra persona", sentenció y las monedas hicieron de trompos en la mesa del bar, hasta que las aplastó con la mano.

"Es una pena, porque la pasarían tan bien como nosotros, que podemos coger por venganza, por deseo, por fetiche, porque tenemos ganas, porque estamos enamorados... Bueno, la verdad es que podemos encontrar una buena excusa casi en cualquier momento. Hasta el aburrimiento, te juro", explicó Camilo mientras levantaba lentamente las monedas.

"Groso. Pero nosotras no. Es más, sentíte bien si una mina se va a la cama con vos, o lo que sea. En ese sentido, no podemos mentir. Sí podemos estar re borrachas y darnos cuenta después de que fue una cagada tener sexo. También puede que nos gane más nuestro instinto animal y queramos 'coger y olvidarnos' por una noche. Pero así y todo nos tiene que copar el tipo", se explayó.

"¿Y qué pasa si te metés con un chabón y después te das cuenta de que fue una cagada, o de que no te gustaba, o de que en realidad estabas pensando en otro, al que llamás en sueños...? Perdón, tennía que preguntar...", exclamó al esquivar las monedas, que estaban dirigidas a su nariz.

"Entonces, nada. ¿Qué se le va a hacer? Si están ahí, tan dispuestos siempre... Hasta una dama puede pisar en falso..."


Hijos de puta

Yo no soy tu rehén ni un soldado de tu causa. No me des órdenes, vos estás acá para protegerme. Y si no podés, entonces andate.

Sé que no soportas el sonido de mi voz y que te molesta la sola idea de que alguien piense distinto a vos, pero tengo derecho a expresarme.

Y no pretendas que me quede sentada y sonriente como una muñeca de adorno, porque el asco es difícil de disimular.

Algo está mal cuando un ser humano es reducido a un buey de arado, a una bestia de carga o a un robot sin sentimientos ni utopías.

No importa cuántas órdenes obedezca el cuerpo, al espíritu no se le puede poner freno.


Fix you

"Lights will guide you home and ignite your soul and I will try to fix you"

Alguna vez me dedicaron este tema y me parece oportuno cantarlo ahora, para que lo escuches de mí. Y para tener un ratito más, comprar un poco de tiempo y cederlo a nuestra causa.

Y para prender las almas.

Killa

Es el nombre que te dieron hace siglos -¿milenios?- y sin embargo te queda mejor que cualquier otro que te hayan puesto después. Killa te llaman, te imploran, te susurran en sueños... Y así y todo no es garantía de que prestes atención ni al más reverente de tus devotos.

Una vez te bautizaron en el altiplano y desde ahí se expandió el mito tu belleza. Ahora, cada vez que apareces suspendida en el terciopelo azul de la noche acaparas miradas.
Pero qué linda estás hoy. Redonda, suave, inmaculada a pesar de tus cráteres. ¿Hay planes de conquista? ¿Sabe tu amante diurno que rompiste la cerradura de la bóveda celeste para salir a dar un paseo sin él?
Si no lo sabe, no te preocupes. No diremos ni una palabra, con tal de que guardes a cambio nuestros más profundos secretos.

#AfterIdilio


Killa
 En el after idilio quiero más...

Si el humo de rosas ya no surte efecto como antes es porque no hace falta. Veo los anillos de humo que se elevan y desaparecen sobre nuestras cabezas. No los extrañaremos, porque las sensaciones primordiales están guardadas en el nudo de músculos que es el corazón.

Los pulmones son para el aire, para volar, y los ojos para tenerlos abiertos aunque no lleguen a mirar. La noche está cerrada, mejor no pensar en eso. Es como estar en un camino a campo traviesa, o en un sendero junto al mar. Con las estrellas adheridas a una tira de terciopelo azul.

El cobijo lo da la luna y del descanso, ni hablar.

Hijos de la guerra

¿Qué hace que un ser humano quiera luchar solo contra una tempestad? Antes de hablar de resiliencia, es decir, de la capacidad de sobreponerse al dolor para salir fortalecido de una situación traumática, es necesario recordar un detalle: a veces, enfrentarse con la lluvia no es una elección sino el siguiente paso necesario.


Exterior - Tarde - Lunes de feriado - Balcón a contrafrente en una tranquila manzana de la Ciudad de Buenos Aires

Una MUJER de pelo rubio camina de un lado a otro del balcón de su departamento, ubicado en uno de los últimos pisos de un edificio construido hace no más de cinco años. Se la ve sola, con su brazo flexionado y la mano apoyada contra la cabeza mientras va y viene por el acotado espacio.

- ¡¡ANDÁ A TOMARTE UNA "BIRRITA", SI ES PARA LO ÚNICO QUE SERVÍS!! ¡BASURA! (...) -vocifera Repite la frase una y otra vez en distintos tonos.

-PERO ACÁ NO VENÍS MÁS, ¡¡BASURA!! -se exalta, al tiempo que se escucha el eco de aplausos que vienen de un balcón al otro lado del amplio pulmón de la manzana.

Cae la tarde y el telón está hecho con nubes grises que se ciernen sobre los edificios. Se escuchan truenos a lo lejos, mientras la mujer se asoma para identificar en dónde está su público cautivo, ocasional pero a la vez empático.

Los truenos se escuchan más cercanos y pronto la tormenta descarga sus primeros fogonazos sobre la Ciudad de Buenos Aires y la lluvia cae en seguida, tan tropical como liberadora. Las baldosas de la calle y los poros de la piel parecen aliviados. Menos ella.

Exterior - Anochecer - Lunes de feriado - Balcón a contrafrente en una manzana empapada de la Ciudad de Buenos Aires

La MUJER fuma su cigarrillo con rapidez en el balcón de su departamento. La diminuta luz naranja se mueve verticalmente desde la baranda a su boca y lanza bocanadas de humo. Se asoma para ver caer la lluvia, para admirar la tormenta.

Exterior - Noche de tormenta - Lunes de feriado - Balcón a contrafrente en una manzana ignota de la Ciudad de Buenos Aires

La MUJER está al teléfono de nuevo.

- (...) EL AUTO A LAS 8 DE LA MAÑANA EN LA PUERTA, PARA LLEVAR A TU HIJO AL COLEGIO, ¡BASURA!-, espetó. Arrastra la letra "u" en "tu". El resto de la conversación es poco clara debido al sonido metálico de la lluvia contra un tinglado cercano.

- Nacho, no te cuesta nada... ¡¡SI VAS A ESTAR DURMIENDO PORQUE SALISTE A TOMAR UNAS BIRRITAS NO ME IMPORTA UNA MIERDA!! - vocifera. De repente modifica su voz, el tono y el caudal.

-Ah, hola, ¿cómo estás? Sí, porque yo le estaba diciendo a Nacho que el auto tiene que estar MAÑANA A LAS OCHO EN LA PUERTA Y SI NO SE DESPIERTA, TE VOY A PEDIR QUE LO LEVANTES A PATADAS EN EL ORTO -convino, remarcando la presencia de la letra "erre" en su última palabra.

-¿Sabés que pasa? El auto no es de él y tampoco es mío, y SU hijo merece ir al colegio en auto el primer día. PORQUE SU HIJO NO MERECE IR AL COLEGIO EN SUBTE PORQUE ÉL ES UNA BASURA!!! -enfatizó en "su", sí, de nuevo.

Fin del enésimo acto.

La transcripción cuasi literal de esta obra en tres actos corresponde a una madre y su hijo en edad escolar. Y a una tormenta de celos, reproches y pasadas de factura que hoy hace la mujer y mañana bien podría hacer la criatura en cuestión.

El comentario sobre que el chico "no merece ir al colegio en subte" por la actitud de su padre me hizo acordar a cuando yo tenía 10 años y cruzaba la Avenida 9 de Julio sola a las 8 de la mañana, aunque lloviera a cántaros y el viento lograra mojarme desde todos los ángulos posibles.

"Pobrecita", me dijo él cuando le conté la anécdota de mi vecina exaltada, su hijo, su ex, el auto de las 8 am y la 9 de Julio inundada. "¿Por?", repliqué. "Eso me enseñó que me gusta la lluvia; que no me disuelvo en agua; que los paraguas no siempre te protegen (en realidad, nunca lo hacen en la 9 de Julio); que no tengo miedo de pisar sin ver el fondo del charco y que la ropa se seca más lento en invierno y en verano pica más", enumeré.

Y también aprendí que, si hay que hacerle frente a la tempestad, no quedan muchas opciones más que hacerlo. Mentira, pienso ahora... Si me habré quedado en casa durmiendo la siesta cuando volvía para almorzar. Siempre me gustó el hecho de que "hacerme la rata" implicaba decir: "Maaaa, ¿me puedo quedar en casa? ¿Sí? Listo, gracias".

Pero volviendo a la anécdota de mi vecina exaltada, que blandía las palabras "TUUU hijo" como si fueran un sable, me puse a pensar que a veces los chicos de parejas separadas se convierten en botines de guerra. Están solos, parados en la línea de fuego mientras sus padres parecen Al Qaeda a los tortazos con George W. Bush.

Y me dio pena por la madre que gritaba desquiciada al punto de no comprender que el subte podría ser el medio de transporte más sano para su hijo porque le evitaría tener que escuchar una andanada de gritos e insultos.

No sentí pena por el chico, sin embargo, porque la resiliencia existe, señores, y algún día él lo va a saber y se dará cuenta de que no por mucho abrir el paraguas uno deja de mojarse. También va a descubrir que es resistente al agua.

La mierda

Cómo le gusta a la gente tirar mierda para afuera, ¿no? Atrás quedaron los días del estoicismo que soportaba todo en silencio. Ahora se estila desagotar la cloaca mental lo más pronto posible, aun si eso implica que los mojones le den de lleno en la cara a personas ajenas al conflicto que desató la diarrea verbal en un primer lugar.

Hay que decirlo: algunas personas actúan como los monos en las jaulas del zoológico. Si te acercas mucho, recibís un mojonazo. El animal lo hace por la frustración de estar encerrado e infeliz. En honor a la conexión del humano con sus orígenes, parece que a veces algunos funcionan del mismo modo.

Las personas que están insatisfechas con su vida o que son muy inseguras suelen intentar por todos los medios hacer sentir mal a otro. Envidia se le llama. Y entonces empieza una suerte de carrera de sonrisas falsas y de "no me importa lo que digas" para despojar al otro, al mono enjaulado, de sus dardos de mierda.

¿No sería mucho mas fácil abrir la jaula y salir? Y escapar de la mierda acumulada en vez de seguir usándola como munición contra los demás... ¿Por qué lo escribo acá? Porque con sólo apretar "enter" es como tirar la cadena y dejar que se vaya.

Sueños

"Now here I go again, I see the crystal visions
I keep my visions to myself"


Era un sollozo constante, parejo, a media voz. Sus manos le servían de escudo para evitar mostrar la cara enrojecida por el llanto. En vez ofrecía la lastimosa imagen de sus nudillos paspados y violáceos en pleno verano y la maraña de su flequillo sobre las uñas con el esmalte saltado.

Le rodeó los hombros con su brazo y se sentó a su lado. "Calmate un poquito. ¿Me queres contar que paso?", dijo en el tono más paternal que conocía. "No lo vas a creer. Soy tan boluda...", empezó ella. "Te juro que esta vez me gané un premio, no sé... A la más tarada", siguió.

Camilo agudizó el ingenio como siempre que las anécdotas tardaban en arrancar.

"Bueno, Anita, pero vas a tener que especificar un poco. Sino, ¿cómo te hago grabar el premio? ¿Como "A la mas cornuda", o "a la más ponecuernos?", lanzo mientras le sacaba las manos y el flequillo de la cara con la mano libre. Con la otra seguía abrazándola.

Es más fácil decir la verdad en un abrazo que en una discusión.

"Anoche estabamos durmiendo con Javier en su casa y esta mañana me desperté y el tenía una cara de culo tremenda. La habíamos pasado re bien, cominos, miramos una peli, de todo... Pero al día siguiente él estaba re mal. Ni siquiera actuaba frío o distante, sólo enojado. Habíamos tenido re buen sexo (sé que no te gusta que te cuente, pero es para que te des una idea) y la verdad, no sabía qué mierda le pasaba..."

"¿No te dijo? ¿No preguntaste?"

"Sí, le pregunté: 'Gordo, ¿qué te pasa?' y me contestó: 'Gordo las pelotas. ¿Cómo me llamo yo?', y le dije 'Javier'. Y ahí estalló: "Sí. Me llamo Javier. Y comiste, cogiste y dormiste con Javier... Entonces, ¿quién mierda es el Ramiro al que llamaste toda la noche?' Y me entré a cagar de risa en la cara del pobre"

 "Ah bueno...!", alcanzo a decir Camilo, pero Annie ya se deshacía de la risa.

"Te juro que no paro de llorar y de reírme... Sin parar, como una tarada. ¡Llamé a 'Ramiro', ¡¿entendés? ¡Soy a cuerda!"

"Y mira... Sí. Lo sos. Pero hacía rato que no me reia así con vos", dijo y apretó con suavidad su cuello con el brazo.

Te espero a la salida

"Preocupate por querer lo que tenés y tener lo que querés. Los demás están haciendo exactamente lo mismo, así que si no le ponés onda te van a sacar ventaja", espetó.

"Ay, qué linda nena que sos. Decíme, ¿las frases armadas las leíste en un sobre de azúcar o las googleaste vos solita?", subió la apuesta.

"Pero es así. Te la pasás siendo un infeliz porque la mina no te da bola y, ¿sabés qué? Con lo arrastrado que sos tampoco te la merecés", arguyó.

"Ah, bueno, Ok. O sea que vengo hasta acá a las 6 de la mañana para buscarte porque otra vez terminaste hecha mierda, vomitada, borracha y sucia, pero el arrastrado soy yo", lanzó Camilo, harto de jugar al ángel guardián desapegado y magnánimo.

"Sí. Yo por lo menos disfruté mi noche. Vos seguro te la pasaste con la guitarrita cantándole a la mina, que está a mil años luz de vos, con otro flaco, en la suya. ¿Y sabés qué? Está perfecto. Porque cuando estaba con vos era todo un desastre, ustedes no encajaban. Te hacía mal esa mina", concluyó, mientras daba tumbos por la vereda.

"El único problema que tienen los tacos altos", pensó Annie, "es que cuando tomás de más son como zancos y cuando te baja el alcohol es como si alguien te pinchara con agujas de tejer en el centro de los talones"

"Los talones...", emergió de su boca.

"¿Los qué? Jodéme que además de venir a buscarte y de escucharte te tengo que cargar...", se atajó él.

"No, digo que nada, dejá".

"Escucháme, no te quiero tratar mal, pero no me lo hacés fácil", empezó.

"Puteáme si querés. Es una forrada lo que te estoy diciendo. Pero vos podrías estar invirtiendo tu tiempo en la banda, tu laburo o lo que quieras en vez de malgastar el día pensando en lo que hubiera sido si... ¿Entendés? Podrías usar mejor tu cabeza... Y te saldrían cosas buenas a vos también. No te sentirías estancado", explicó, al tiempo que apretaba su brazo alrededor del cuello de su amigo para darle éndasis a sus palabras.

"Pero yo nunca dije que me sintiera estancado. Acaban de subirme el sueldo, me mudo de nuevo y me salió un laburo en fotografía...", reparó Camilo.

"Ah, entonces la estancada soy yo. Dejá".

Ulises

Ulises tiene los ojos claros, creo que verdes. Se retuerce en su asiento de la Linea D del subte y, al hacerlo, revolea sus largas rastas castañas. Sé su nombre porque esta escrito en la remera con cuello que tiene puesta, la chomba que le dicen. Se puede ver un logotipo en la izquierda de su pecho: es un uniforme de trabajo, pero no logro distinguir qué negocio es, y Ulises no deja de moverse.

Come unos biszcochos con fruición mientras inclina la cabeza para adelante. Hace migas, se tira para atrás. No emite sonido alguno, ni mantra rasta ni canción de Dread Mar I. Sólo se escucha el traqueteo del subte, el pitido de la alarma antes de que se cierren las puertas, y el ruidito del paquete que Ulises estruja entre sus dedos, que son blancos, largos y lampiños.

Me mira. Sí, Ulises mira a su alrededor, no está ausente ni metido en su propia mística reggae. Cruza sus piernas y las vuelve a su posición anterior. Echa una mirada de reojo. Todavía le presto atención. Hay gente sentada a ambos lados suyos, pero él sigue como si nada.

Cada tanto se rasca la frente, inclina la cabeza y cuando se incorpora aprovecha para mirar justo en frente suyo.

Annie in the city (at night)

"Es difícil salir a la calle borracha o fumada y articular las palabras para pedir un Malboro de 10 (estoy tratando de dejar), sin que el kioskero de mierda se me ría en la cara porque se me nota lo ida que estoy. O peor, sin que me ponga cara de indignación porque piensa que le voy a empapar el mostrador de vómito.
Si yo fuese hombre, seguro que el tipo pensaría que le voy a robar o que le voy a pegar un tiro nada más para joder. Pero como soy mujer, sólo quieren librarse de verme así, en ese estado. Qué poco solidarios se vuelven todos a la noche.
Digo mal: la gente a la noche se vuelve como si fuera compañera de aventuras. Pero los que no son de la partida, se alejan. Es la sutil diferencia entre un tachero que putea cuando la minita de turno le embadurna el asiento de atrás con jugos gástricos y alcohol mal digerido, y el que se lo aguanta estoicamente y pregunta: '¿Está bien tu amiga?' por cortesía, aunque sea obvio que la chica está como el culo"

"Qué asco..."

"Ustedes, los hombres, no lo saben o no se quieren dar cuenta, pero es tan penoso y desagradable ver a una mina quebrada por el alcohol, que esquivar a un hombre que te tira la boca como si los labios fueran babosas radioactivas y que tiene los ojos abiertos y vidriosos de tanto chupar. Un asco es el chivo que les empapa la remera y les da mal olor, que no es mejor que el aliento de una chica que devolvió el equivalente a la producción semanal de licores Bols en el baño de un bar.
 Pero volviendo a 'la previa'. Jodido es entrar a las 21:45 a un supermercado chino y buscar lo que querés para después tartamudear o arrastrar las palabras cuando llegás a la caja. Ahí te das cuenta de quién tiene el español más fluido, y no sos vos.
Lo que a mí me gustaría sería verme desde afuera. Pararme a un costado de mi cuerpo y verme hablando despacito para no equivocarme, con una sonrisa exagerada para quien está comprando dos pavadas en el chino, y respirando hondo por la nariz entre una frase y otra.
Ponele que ya sorteaste a los chinos, que podés prescindir del tachero y que no te jode nadie en tu casa. Una de esas noches en las que la fiesta no arranca para ningún lado porque lo más interesante es la previa"

"¿Entonces?"

"Entonces, ¿qué más querés? Tenés a las minas, a los tipos, lugar suficiente en la casa, buen clima, buena música, alcohol frío y alguien de buen corazón que comparte una flor para fumar, o prensado paraguayo si no queda otra.
Dejáte de joder con dar vueltas por Buenos Aires buscando a dónde meterte. En todas partes tenés que hacer cola, o pagar, o las dos cosas. Después entrás y el DJ te pone la música que se le canta y a veces es pésima, o no es la que vos esperabas.
Y encima después te sale caro tomar algo, es imposible fumar y tenés que soportar a los babosos de las 5 a.m., que se dieron cuenta que siguen solos y no se quieren enfrentar con la dura realidad de que no son atractivos, ni inteligentes, ni cogibles.

"No entiendo qué te quejás, Annie. Si total, vos sos mujer y sos cogible. Si querés, tenés una docena de tipos para que te paguen la entrada, el trago, la falopa y un taxi de vuelta a tu casa"

"Si los llevo a mi casa. Gracias, Camilo, pero los vicios que tenemos las mujeres siguen cuando no hay hombres para pagarlos. Es más, la mayoría de los malos hábitos se nos pegan cuando estamos solas".

Hacete humo

¿Alguna vez notaron como la gente que fuma necesita alguien que los acompañe en ese acto? Nada de bancarse solos el frío extremo o el calor abrasador por fidelidad a la pitada del día, y mucho menos el ostracismo auto impuesto para sentir el sabor de la nicotina en las papilas gustativas.

Quedan muy pocos sobrevivientes de la noble estirpe de fumadores solitarios, taciturnos e introvertidos. De esos que se abocan a un cigarro de tabaco o hierbabuena con la esperanza de que las respuestas a sus dilemas existenciales se manifiesten en los aros de humo (porque el fumador de ese tipo sabe cómo formar gruesos anillos traslúcidos con sus labios en forma de "o" y dando golpecitos glóticos desde la garganta).

Desde que fue sancionada la Ley Nacional Antitabaco, el 1° de junio de 2011, empezamos a distinguir caras en las penumbras de los bares y los ojos ya no lloraban por el humo de los cigarrillos. Lo mismo ocurrió en las oficinas, restaurantes y edificios públicos de cualquier índole, donde a partir de 5 de enero de este año no se permite fumar a nadie.

Por eso proliferaron los "salgo a fumar y vuelvo" y los pequeños focos de fumadores en las plazas, entradas de edificios y esquinas, y por supuesto también surgieron las invitaciones del estilo de "¿me acompañás a fumar?".

Ahí es donde me pierdo. No fumo, ¿por qué me interesaría salir a aspirar humo de segunda mano? Sólo disfruto de mi narguile, la pipa árabe que prendo en mi casa y a la que sólo dejo ponerle agua y tabaco saborizado (sí, podría utilizarse con otros ingredientes, pero me niego).

La narguile se puede fumar a solas para crear un momento de reflexión o relajación, o se puede compartir como quien pasa un mate entre varios. El cigarrillo, en cambio, es algo que da placer a quien lo tiene en la boca. El que mira y charla con el fumador está ahí como espectador de una disetarción que se hace humo.

El dissclaimer de este post sería que no me molesta el humo del cigarrillo ni acompañar a alguien en una reflexión colectiva. Sí me aburre soberanamente pararme a perder tiempo y chupar calor en la calle mientras otra persona acaba el pucho de media mañana.

Choto

No lo puedo evitar. Es más fuerte que yo. Desde la cortina musical hasta la calidad de los actores, guionistas y director hicieron de "Ciega a citas" un éxito en la televisión (quizás el más resonante de la TV Pública donde no hubo diferencias ideológicas... nos reíamos todos por igual).

Basado sobre el Blog homónimo devenido en libro que escribió Carolina Aguirre, la serie tuvo muchos aciertos, humorísticos y no tanto, pero repito que se pasó de rosca desde la memorable introducción:


Como si no hubiese sido suficiente que interpretó Muriel Santa Ana a modo de cover del tema de Lily Allen "Fuck you" (que en inglés no tiene el mismo significado... La letra de la canción, digo... la "f word" sí), al final de los capítulos había un pequeño monólogo de alguna actriz o mediática invitada, que estaba supuestamente basado en alguna vivencia que hubiera aportado el público femenino.

Así, por ejemplo, hizo su entrada triunfal  la "Loca de mierda", ahora conocida como Malena Pichot, con la anécdota del café con leche:


No puedo creerlo, pero es un sábado a la tarde y yo me acuerdo de esa serie, que tenía la justa medida de "odio a todos los hombres, son unos inútiles" con "necesito un novio ya, queréme" que manejan todas las mujeres heterosexuales, aunque a veces se nieguen a admitirlo, o incluso aunque tengan ambos sentimientos con respecto a un sólo tipo.

Bienvenido el Carnaval porteño

La decisión de volver a otorgarle sus históricos feriados al carnaval de todo el país recibió varias críticas desde 2004, cuando fue sancionada la ley al respecto. Pero es muy valiosa al ser una expresión popular colorida, vivaz y llena de sentimiento (¿alegre, combativo?), que además funciona como corolario de un año de preparaciones en los centros murgueros, donde la mayor parte de las veces funcionan talleres para los chicos de cada barrio.

Pero los feriados están de vuelta. Así fue como terminaron reunidos sobre la avenida Corrientes las murgas de los "Fabulosos de Palermo", "Pasión Quemera" de Parque Patricios, "Locura de Boedo" y los "Mimosos de La Paternal", entre otros, para hacer un poco de ruido ante un moderado pero entusiasmado público. "Es la presentación del carnaval. Otros años esto era en protesta para que nos dieran los feriados, pero ahora que los tenemos la hacemos", explicó uno de los quemeros.



La presentación del Carnaval porteño 2012 fue este jueves alrededor de las 6 de la tarde en la esquina de Corrientes y Callao, ambas avenidas tan icónicas para la cultura porteña como bulliciosas aún en enero. Como si fueran las llamadas de su versión uruguaya, las murgas se encolumnaron y empezaron a avanzar por Corrientes hacia el Obelisco para sacudir un poco a la Ciudad de Buenos Aires, un tanto aletargada por el calor.


Las fechas de este año son todos los sábados y domingos de febrero, así como también el lunes 20 y martes 21. ¿Querés algo más porteño que este carnaval?

Hola

Mi nombre es Antonia Cossio y soy periodista en un medio digital, no importa cuál. Este espacio online es ajeno a cualquier actividad laboral. Tengo más de 25 y menos de 30 años, y una afición a la música que a nadie le gusta y a las noticias más estrambóticas que pueda encontrar en la web. Creo que Internet es la última frontera para conquistar.

Esta es mi presentación.

Pensé que sería necesaria ya que no publico ni media sílaba en este Blog desde septiembre de 2011. Mi archivo me delata. Dos años atrás fueron los meses más productivos para este sitio, mientras que ahora a duras penas logro articular algunas líneas con motivo de su rediseño, que no implicó más que toquetear algunos valores y templates de Blogger.

Por una de esas paradojas de la vida, el año en que mejor la pasé estuve offline. ¿Casualidad? Lo voy a dejar ahí.

Lo dicho. Me gustan la música, la comida, viajar y las noticas raras (que no es lo mismo que "bizarras", porque esa palabra significa "valiente" en español). Creo que si en el 2010 usé tanto este espacio fue por una necesidad intrínseca de expresarme por escrito. Como todo ser humano, cuando produzco un texto me gusta que me lean.

Digo "como todo ser humano" porque aún cuando uno escribe un diario íntimo lo hace con lujo de detalles, ya sea para ordenar los pensamientos o para que los hechos queden bien narrados y explicados para la posteridad. Por mi bien, espero que Google colapse y este Blog quede en el limbo de la Matrix para que nunca sea leído, porque yo sería capaz de resistir a mi archivo, pero no al ataque de risa que me daría.