Experimento nutricional

El lector de este texto puede reírse (nada me complacería más) de mi descubrimiento del día, que no es otro que las galletitas de harina integral. Pero ricas. Ok, el paquete decía que traía pasas de uva y no encontré más que una, pero de todos modos me pareció un hallazgo.

Tenga en cuenta el lector que toda la vida asocié los conceptos "naturista" "light" "cartón" e "incomible" como caras de un mismo conglomerado de telgopor seco y necesitado de litros de chocolatada para pasar por el conducto digestivo.

Para colmo, un dermatólogo me explicó hace años que mi piel no resiste a la harina integral, las vitaminas B 6, 12, o B 4800, y que tampoco se banca el magnesio. Así se fueron de mi plato los boios naturistas, los yogures fortificados y el dulce de leche. Sólo extraño esto último, así que lo como igual.

Pero volviendo al tema del bocadillo integral, paso a analizar:

Nivel de Terrocidad (o cómo se siente en la lengua cuando se deshace): 90%, no llega al nivel de tostada de arroz.
Cantidad de "delicatessen" (llámese a las famosas pasas de uva): 0,5% O sea.... UNA pasa nada más. Indignante.
Ingredientes poco confiables (que uno prefiere que no estén, como las grasas transgénicas): 0%, pero es en teoría. No sabría decirlo.
Gluten/TACC: Tiene. Así como también jarabe de maíz, que calculo que es como si tuviese azúcar. Al menos no tiene sal. Pero a mí me encanta la sal...

El todo por 179 calorías cada 50 gramos. Exacto, señoras y señores, poco tiene de sano si tiene gluten y encima engorda. Y ni siquiera tiene sal. Ni pasas de uva. ¿Ven por qué prefiero a las honestas, adictivas y nocivas papas fritas?

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